Algunas películas de ciencia-ficción tenían como argumento una máquina para viajar en el tiempo. A día de hoy no se puede viajar en el tiempo.
Mirando al cielo podemos ver la luz de los objetos celestes y, esta luz no es instantánea, ya que la velocidad de la luz es aproximadamente 300.000 Km/s, es decir, 1.080 millones de Km/h.
Si miramos a la Luna, situada aproximadamente a 380.000 Km y haciendo cálculos, la luz tarda en llegar a nosotros 1’27 segundos, es decir, cuando miramos a la Luna estamos viendo cómo era hace poco más de un segundo. Algo parecido sucede cuando miramos al Sol; situado aproximadamente a 150 millones de Km, cuando lo miramos estamos viendo cómo era 8 minutos y 20 segundos.
Pongamos rumbo a la estrella más cercana visible desde nuestras latitudes, ésta es Sirius que está situada a 8’6 años luz. Si alguien nos pudiera ver desde las proximidades de esa estrella, no nos estaría viendo ahora, en 2007, sino que nos estaría viendo más o menos en 1999.
Si nos alejamos un poco de Sirius y nos vamos a Vega, la estrella más brillante del cielo veraniego, nos damos cuenta que está a 25 años luz. Quien nos observase desde ahí, vería nuestro mundo en el año 1982.
Antares, la estrella más brillante de la constelación del Escorpión se encuentra a 604 años luz de nosotros, entonces, alguien situado en un planeta de esta estrella nos observase, lo que observaría sería la Tierra en 1403, en esa época, por ejemplo, América no había sido descubierta, de hecho, Colón todavía no había nacido, al igual que los Reyes Católicos.
Si iniciamos el viaje por algunos objetos del catálogo de Messier, podemos situar M57 en la constelación de Lyrae, situada a 2.300 años luz, es decir, alguien desde ahí vería en el año 293 a.C., la época del Imperio Romano de Publio Cornelio.
Alejándonos un poco más tenemos a M1 en la constelación de Taurus, situada a 6.300 años luz. Alguien desde allí vería nuestro mundo en el siglo XLIII a.C., en esa época los mayas comenzaban sus primeras andaduras en la agricultura. Algunas de las pinturas rupestres datadas más recientes se cree que son de esa época.
Y para terminar, viajaremos al objeto celeste más lejano visible a simple vista, la galaxia de Andrómeda. Situada a 2’5 millones de años luz. Si alguien pudiese observarnos desde este lugar, todavía no vería seres humanos, vería las primeras mutaciones del Australopithecus para dar lugar a la primera especie del género Homo.
Mirando al cielo podemos ver la luz de los objetos celestes y, esta luz no es instantánea, ya que la velocidad de la luz es aproximadamente 300.000 Km/s, es decir, 1.080 millones de Km/h.
Si miramos a la Luna, situada aproximadamente a 380.000 Km y haciendo cálculos, la luz tarda en llegar a nosotros 1’27 segundos, es decir, cuando miramos a la Luna estamos viendo cómo era hace poco más de un segundo. Algo parecido sucede cuando miramos al Sol; situado aproximadamente a 150 millones de Km, cuando lo miramos estamos viendo cómo era 8 minutos y 20 segundos.
Pongamos rumbo a la estrella más cercana visible desde nuestras latitudes, ésta es Sirius que está situada a 8’6 años luz. Si alguien nos pudiera ver desde las proximidades de esa estrella, no nos estaría viendo ahora, en 2007, sino que nos estaría viendo más o menos en 1999.
Si nos alejamos un poco de Sirius y nos vamos a Vega, la estrella más brillante del cielo veraniego, nos damos cuenta que está a 25 años luz. Quien nos observase desde ahí, vería nuestro mundo en el año 1982.
Antares, la estrella más brillante de la constelación del Escorpión se encuentra a 604 años luz de nosotros, entonces, alguien situado en un planeta de esta estrella nos observase, lo que observaría sería la Tierra en 1403, en esa época, por ejemplo, América no había sido descubierta, de hecho, Colón todavía no había nacido, al igual que los Reyes Católicos.
Si iniciamos el viaje por algunos objetos del catálogo de Messier, podemos situar M57 en la constelación de Lyrae, situada a 2.300 años luz, es decir, alguien desde ahí vería en el año 293 a.C., la época del Imperio Romano de Publio Cornelio.
Alejándonos un poco más tenemos a M1 en la constelación de Taurus, situada a 6.300 años luz. Alguien desde allí vería nuestro mundo en el siglo XLIII a.C., en esa época los mayas comenzaban sus primeras andaduras en la agricultura. Algunas de las pinturas rupestres datadas más recientes se cree que son de esa época.
Y para terminar, viajaremos al objeto celeste más lejano visible a simple vista, la galaxia de Andrómeda. Situada a 2’5 millones de años luz. Si alguien pudiese observarnos desde este lugar, todavía no vería seres humanos, vería las primeras mutaciones del Australopithecus para dar lugar a la primera especie del género Homo.
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